Es importante adaptarnos en el medio que nos rodea, para mantener un sistema inmune saludable y disfrutar una vida sana. El sistema inmunológico cumple la función de proteger al organismo de gérmenes y elementos tóxicos.
¿Quiénes están en riesgo? Los bebés y niños pequeños son más susceptibles debido a que su sistema inmunológico no está completamente desarrollado por falta de nutrientes en su alimentación.
Los ancianos pueden tener deficiencias de micronutrientes que
debilitan su inmunidad.
Entre la población, los más suceptibles a tener un sistema inmune débil son aquellos que duermen poco, los que padecen estrés y los que llevan una mala alimentación
Es importante saber cuales son los nutrientes que pueden ayudar
a que su sistema inmunológico sea más fuerte para evitar infecciones
tan comunes en esta época del año.
El β-caroteno se considera como uno de los elementos precursores de la vitamina A más importante; gracias a este pigmento liposoluble, el hígado y el intestino delgado son capaces de generar vitamina A y nutrientes esenciales para el organismo.
La vitamina C nos ayuda a la producción de interferón (este impide que una aplica gama de virus provoquen infecciones).
La vitamina D mantiene el sistema inmunológico equilibrado.
Esta no sólo puede estimular la inmunidad innata, si
no también puede ayudar a mantener la respuesta inmune
adaptativa en alerta.
La vitamina E es el principal antioxidante soluble en lípidos
en las membranas celulares; reduce la infección respiratoria
en las personas mayores.
El omega-3 de cadena larga (PUFAs) contrarresta la actividad
de los ácidos grasos omega-6 (PUFAs) y reducen la inflamación.
Para los niños, hay datos que sugieren que los omega-3 PUFAs pueden prevenir las enfermedades alérgicas.
El selenio es esencial para una respuesta inmune óptima, influyendo tanto el sistema inmune innato y adaptativo.
El Zinc es necesario para las enzimas multifuncionales del sistema inmunitario, así como para mejorar la respuesta inmune.